Denominación de los ladrillos
según su forma
Ladrillos macizos.
Son unas piezas en forma de paralelepípedos en el que se permiten perforaciones
paralela a una arista de un volumen total no superior al 5% del total aparente ó
rebajo en el grueso siempre que este se mantenga integrado en su ancho mínimo de
2 cms. de una soga y de los dos tizones y que el área de la zona rebajada
sea inferior al 40 % del total y que el grueso mínimo no debe ser menor de un
tercio del nominal.
Ladrillos perforados. Son unas piezas en forma de
paralelepípedos en la que existen perforaciones paralela a una de las aristas de
un volumen total superior al 5% y no mayor del 33% del total aparente.
Ladrillos huecos. Son unas piezas en forma de
paralelepípedos en los que existen perforaciones (huecos) paralelos a cualquiera
de las aristas, de un volumen total superior al 33% del total aparente.
Ladrillos aplantillados Son unas piezas de forma
geométrica diferente a la paralelepípedos.
Soga: Arista mayor.
Tizón:
Arista media.
Grueso: Arista menor. |
Tabla: Cara mayor.
Canto:
Cara media.
Testa: Cara menor. |
Denominación según la fabricación.
Ladrillo tejar. Es el fabricado a mano en las
instalaciones denominada tejar y cocido en hormiguero.
Ladrillo de mesa. Es el fabricado a mano sobre
superficies lizas y cocido en horno fijo.
Ladrillo mecánico. Es el construido en fabrica mediante
medios mecánicos.
Ladrillo pretensado. Es el fabricado mediante
prensas.
Denominación según el grado de coción
Ladrillo portero ó ladrillo pardo. Esta poco cocido,
presenta poca resistencia y tiene un color pardo.
Ladrillo recocho. Esta bien cocido y tiene una buena
resistencia.
Ladrillo santo. Esta muy cocido, tiene bastante
resistencia y no absorbe el agua.
El ladrillo y sus distintas clases constituye uno de los
materiales más apropiado para la construcción por su dureza, tenacidad y la
perfecta adherencia de los morteros, además de su facilidad de transporte , su
forma paralelepípedo y sus dimensiones que lo hacen perfectamente manejable. A
esto hemos de añadir la abundancia de materia prima que posee la superficie
terrestre en forma de arcilla.